Cambiaremos, para siempre, la forma de valorar el esfuerzo del hombre. Le entregaremos lo que corresponde y obtendremos los beneficios, por antonomasia.
Héctor se entusiasmaba mientras ensayaba su discurso para las masas. Sus intenciones de obtener prestigio y poder estaban a punto de hacerse realidad. Él siendo un artesano que trabajaba el oro y la plata, no concebía que tenía que trabajar para vivir y existir. Armado todo, con su entusiasmo, codicia, megalomanía y cuantos otros deseos de poder estaba listo para comenzar.